La furia y la tristeza

La furia y la tristeza

Había una vez un estanque maravilloso era una laguna de agua cristalina y pura ,
estanque mágico y transparente en el se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía
la tristeza y la furia las dos se quitaron sus vestimentas ya desnudas las dos entraron al agua.

La furia apurada, como siempre está vigía sin saber porque se baño rápidamente y mas rápidamente aun salió del agua pero la furia es ciega o por lo menos no distingue claramente la realidad así que desnuda y apurada se puso la primera ropa que encontró. Resulta que era la de la tristeza así vestida de tristeza la furia se fue muy calmada muy serena dispuesta como siempre a quedarse en el lugar en donde estaba.

La tristeza termino su baño sin ningún apuro mejor dicho sin conciencia del paso del tiempo con pereza lentamente salió del agua y se dio cuenta que su ropa ya no estaba, como todos sabemos si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo así que se puso la única ropa que había la ropa de la furia, cuentan que desde entonces muchas veces cuando nos encontramos con una furia ciega cruel, terrible y enfadada debemos darnos el tiempo de mirar bien y veremos que esta furia es solo un disfraz que detrás de la furia en realidad está escondida la tristeza .

Te propongo que analices muy detenidamente este cuento que sucede muy frecuentemente en muchos de nosotros, hay personas que se deprimen para rendirse ante la tristeza. y no comprendemos lo que les pasa sin embargo a los que se enfadan y atacan porque tienen miedo de ser atacados.
Sienten que nadie los entiende la gente los aísla ellos se sienten cada vez más solos más tristes y más enojados.

Que hay que hacer cuando nos encontramos a alguien con el disfraz de la furia?
Tratarle amablemente, observarla y comprender que detrás hay una gran tristeza pero algo importante que debemos tener en cuenta es no permitir que te contagie así podras cambiarle su estado de ánimo.
Crees que es difícil? No, menos ahora que sabemos LA VERADERA CARA DE LA FURIA.

 

Por: Laura  “La Chiquilla”

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