Consterna el suicidio de un joven indocumentado
Un joven de 18 años que se suicidó el pasado viernes en el baño de su casa familiar era un muchacho serio, estudioso, que iba de la iglesia a la escuela y a la casa, y que tenía la ambición de ser arquitecto, pero se sentía “derrotado” por su estatus de indocumentado, según entrevistas con familiares.
Activistas pro Dream Act de todo el país comentaban hoy el caso de Joaquín Luna, el joven de Mission, Texas, que el pasado viernes en la noche se vistió en su traje y corbata, se despidió de su familia como si fuera a salir y se encerró en el baño, para luego dispararse en la cabeza con un arma de bajo calibre.
En una entrevista, su hermano Diyer dijo que Joaquín iba a graduarse este año de secundaria, y que “era un muchacho muy inteligente, iba a la iglesia, y de la iglesia a la casa y a la escuela, no tenía tiempo para novias, lo que quería era estudiar y salir adelante”.
“Este año comenzó a hacer las aplicaciones (sic) para el colegio y lo primero que le preguntaban era su estatus legal, él no tenía papeles y unos le decían que no podían aceptarlo o darle ayuda económica”, dijo Diyer.
“El podía haber ido a un colegio importante, pero no se le daba la oportunidad, comenzó a sentirse mal y pensó, según las cartas que encontramos, que como quiera iba a ser en vano, porque nunca podría trabajar legalmente”.
Joaquín nació “del otro lado” accidentamente durante un viaje de la familia a México y, según Diyer, el resto de los hermanos “son todos ciudadanos”.